Intercambio de experiencias: adaptación climática con equidad de género e inclusión social entre Colombia y Ecuador
Intercambio de experiencias: adaptación climática con equidad de género e inclusión social entre Colombia y Ecuador
Programa de Pequeñas Subvenciones FFLA-CDKN
Intercambio de experiencias FONAG - VIVO CUENCA
Manizales, 24-28 de noviembre de 2024
Por: Gabriela Villamarín - FFLA/CDKN
Eran las 9 de la mañana del domingo 24 de noviembre, cuando nos encontramos en el aeropuerto de Quito, Ecuador con una delegación del Pedregal para viajar rumbo a Manizales en Colombia.
Santa Ana y Loreto del Pedregal son dos barrios rurales de la provincia de Pichincha en el cantón Mejía en Ecuador, desde donde dos comuneros y dos comuneras, junto a un equipo técnico de FONAG, se trasladaron para emprender con nosotros esta travesía, con el propósito de desarrollar un intercambio de experiencias.
En Manizales-Colombia nos esperaba, por su parte, el equipo técnico del Fondo de Agua Vivo Cuenca, que, con mucho entusiasmo y dedicación, preparó este encuentro para juntarnos con distintos actores locales de Neira, Pueblo Rico y Cuba y conocer el trabajo que vienen realizando.
Luego de un largo viaje y un reparador descanso, la jornada empezó el lunes muy temprano en el Centro Cultural Jesús Jiménez Gómez en Neira. Después de la bienvenida, la presentación de participantes y los saludos de rigor, mediante una dinámica muy participativa, los actores locales compartieron las distintas acciones agroecológicas y de conservación que están realizando para proteger su territorio, cuidar el agua, recuperar sus ecosistemas y mejorar sus medios de vida, con el involucramiento de los diferentes grupos de la comunidad, resaltando y valorando el rol fundamental que las mujeres tienen tanto en las tareas de cuidado como en las labores comunitarias, productivas y organizativas.
Esta enriquecedora conversación marcó la cancha para que, por la tarde, las y los participantes puedan discutir sobre lo que significa la Adaptación basada en Ecosistemas (AbE), aterrizando los conceptos técnicos a su propia realidad, y pensando cómo las acciones de conservación que realizan fortalecen su relación con el territorio y con la naturaleza. Asimismo, reflexionaron sobre los diferentes roles que tienen jóvenes, mujeres, adultos/as mayores en la protección del territorio y de sus fincas, y cómo las barreras relacionadas con la edad, los roles de género, etc., muchas veces, limitan la participación de esos grupos más vulnerables.
En el segundo día de intercambio, estudiantes de la Unidad Educativa Pueblo Rico nos recibieron muy temprano para contarnos acerca de su recientemente creado club de “Defensores y defensoras del agua”, y nos ofrecieron un recorrido por el vivero orgánico que están implementando para la recuperación de plantas y semillas, con fines educativos pero también agroecológicos.
Luego de ello, mediante dibujos realizados por las comuneras y los comuneros que viajaron desde Ecuador, las y los jóvenes de Pueblo Rico se trasladaron imaginariamente a Santa Ana y Loreto del Pedregal y pudieron conocer cómo son sus fincas y el entorno que les rodea a las faldas del majestuoso volcán Cotopaxi, pero también las afectaciones que están sintiendo debido a cambios en el clima relacionados con heladas y sequías, así como las acciones de restauración y conservación que tanto hombres como mujeres vienen realizando en sus páramos para adaptarse a estos efectos.
Finalmente, una visita a la Vereda de Cuba cerró este intercambio de tres días. La localidad, integrada por organizaciones comunitarias, asociaciones de productores/as de cacao y una parcialidad indígena, nos dio una cálida bienvenida, que dio paso a un recorrido de campo para conocer las acciones de recuperación de la quebrada, así como de producción sostenible de cacao.
Después de un delicioso almuerzo con productos tradicionales de la zona, la jornada cerró con diferentes intervenciones de las y los participantes, quienes pusieron de relieve las diferencias y las similitudes que caracterizan sus territorios tanto en el bosque seco de Cuba como en el páramo del Pedregal.
Para finalizar, concluyeron que, más allá de esas semejanzas o diferencias, lo que les une es un objetivo común encaminado a preservar sus territorios, defender el agua y hacer frente a las fuertes amenazas que nos plantea el cambio climático, aunando esfuerzos, trabajando de forma colaborativa e integrada desde las diferentes capacidades y contribuciones de la diversidad de actores.
Este intercambio, que concluyó luego de tres días de inspiradores recorridos y nutridos diálogos, puso en valor la importancia y la riqueza de este tipo de espacios, que, por un lado, promueven un gran interaprendizaje de saberes locales y, por otro, generan y fortalecen lazos de relacionamiento interpersonal.