La vulnerabilidad de Lima a los impactos del cambio climático, especialmente en lo relacionado a disponibilidad de agua, y las oportunidades que actualmente existen para transitar hacia una vía de desarrollo bajo en carbono, combinado con vínculos nacionales y subnacionales favorables, hacen de la ciudad un candidato idóneo para utilizar la Huella de Carbono y Huella Hídrica no solamente como indicadores ambientales, sino de desarrollo.

Las Huellas de la ciudad y del gobierno municipal han sido medidas para 2012, en cercana colaboración con personal de la Municipalidad Metropolitana de Lima, y de actores relevantes locales, resultando en la identificación de puntos críticos, lo cual ha conducido a una mayor atención de los retos y oportunidades de la ciudad, y a una definición inicial de acciones que pueden ayudar a catolizar un desarrollo compatible con el clima.