Reflexiones tras un año de interacciones en línea en América Latina
Reflexiones tras un año de interacciones en línea en América Latina
La pandemia del Covid-19 ha obligado a que muchas reuniones se realicen en línea, que de otro modo habrían sido realizadas presencialmente. Podría decirse que esto ha sido bueno para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero ¿cómo ha afectado el 'cambio a lo digital' a la acción climática? El equipo de CDKN en América Latina profundiza sobre estos temas. Reporte de Lucia Scodanibbio.
“Cerca de un año después de esta nueva realidad en línea, se puede concluir que existen diferencias reales entre las reuniones en línea y presenciales, no necesariamente que una sea mala y la otra buena, sino que tienen diferentes beneficios y deficiencias. Tenemos que adaptarnos a la nueva realidad”, dice Gabriela Villamarín de la Fundación Futuro Latinoamericano y Coordinadora para América Latina del programa de CDKN.
Las reuniones presenciales brindan un espacio para interacciones más personales, un intercambio más profundo de ideas y experiencias. Las personas pueden conocer a otras personas y organizaciones para ampliar sus redes – y posiblemente volver a conectarse en el futuro.
Los intercambios informales durante el almuerzo y la pausa para el café no se pueden recrear en un espacio virtual. Sin embargo, las plataformas en línea permiten que participe un mayor número de personas; reducen la huella de carbono, los costos monetarios y el tiempo asociado con los viajes; y conectan a personas de diferentes países y continentes con solo hacer clic en un botón. Al igual que con las reuniones en persona, también cambia lo que se puede lograr en reuniones grandes versus pequeñas, y eso está vinculado a los objetivos y al formato de una sesión.
Aquí exploramos algunas experiencias y lecciones aprendidas, durante el año pasado, por el equipo latinoamericano y los socios de CDKN relacionadas con la organización y conducción de interacciones en línea con distintos objetivos.
Lecciones de un curso en línea a gran escala sobre la comunicación del cambio climático
Entre mayo y junio de 2020, el programa de CDKN en América Latina impartió siete módulos en línea de forma semanal a un promedio de 500 participantes de 28 países de toda América Latina, sobre diferentes herramientas y enfoques para comunicar el cambio climático a diferentes audiencias. “Con un grupo tan grande de participantes, las interacciones en las sesiones en vivo, bajo un formato de seminario web, tuvieron que mantenerse al mínimo (utilizando la plataforma GoToMeeting). Solo se permitía la interacción a través de la función de chat”, explica María José Pacha, Coordinadora de Conocimiento y Redes de CDKN para América Latina.
Se requirió un gran equipo organizador para (i) facilitar, (ii) compartir la pantalla, (iii) brindar soporte técnico para audio y video, y (iv) moderar y priorizar las intervenciones en el chat, de acuerdo con su relevancia con el tema. Dada la frenética actividad en el chat, solo se pudieron responder algunas preguntas en vivo. Las demás fueron respondidas fuera de línea, a través de la plataforma de acompañamiento (TalentLMS) que apoyó a los alumnos con materiales, grabaciones de los cursos y tareas. Un foro de la plataforma también permitió que los y las participantes interactúen entre ellos.
Para incentivar la participación, se otorgó un certificado de culminación del curso a quienes participaron en el 80% de las sesiones (ya sea en vivo o a través de las grabaciones, que pudieron ser monitoreadas) y respondieron correctamente al 70% de las preguntas de opción múltiple formuladas en cada sesión. Más importante aún, se puso a disposición de cinco participantes (de un centenar de solicitantes) un fondo semilla de $2.000 dólares estadounidenses, para implementar una estrategia de comunicación climática en sus áreas de trabajo, aplicando los aprendizajes del curso.
“Llegar a un número tan grande de estudiantes, a lo largo de una amplia gama de sectores y geografías, a bajo costo y con cero emisiones, nos mostró que es posible un cambio de paradigma”, concluye la Dra. Pacha.
Interacciones en línea para promover el aprendizaje entre pares sobre la planificación nacional de la adaptación
Para promover el aprendizaje en seis países latinoamericanos sobre diferentes aspectos de la planificación nacional de la adaptación, el equipo de CDKN organizó tres sesiones de intercambio de conocimientos a mediados de 2020. "¡Aprendimos tanto como lo hicieron los participantes!", dice Gabriela Villamarín.
En la primera sesión participaron 22 delegados nacionales. Sin embargo, este tamaño de grupo no era óptimo para facilitar el aprendizaje entre pares. Para la segunda sesión, un límite de dos delegados por país significó que solo participaran 12 representantes. Esto fue necesario para maximizar la interacción entre los participantes.
De manera similar, se simplificó la agenda después de la primera sesión; el equipo se dio cuenta que incluso una simple pregunta para romper el hielo (por ejemplo, "con qué animal te identificas") puede tardar mucho más en responder que presencialmente.
El contenido de las sesiones giró en torno a: monitoreo y evaluación, integración vertical y evaluaciones de riesgo climático. Para explorar estos temas, después de la primera sesión el equipo decidió limitar el número de presentaciones de estudios de caso y maximizar la participación y la interacción de los asistentes a través de herramientas como Mentimeter y preguntas y respuestas verbales.
Sin embargo, realmente dependía de la facilitación asegurar que la participación fuera activa, por ejemplo, animando a los asistentes a compartir sus experiencias. Después de un tiempo, se volvió más natural para las personas intervenir sin ser invitadas a hacerlo.
También quedó claro que la participación de los/as asistentes fluctúa, y fue mayor cuando tuvieron un rol activo en la sesión, así como cuando fueron formalmente parte de la agenda a través de una presentación; como también en función de su nivel de interés acerca de un tema.
Al final, los/as participantes conocieron los roles y los nombres de los demás participantes a través del formato en línea. Sin embargo, es poco probable que estos eventos en línea de aprendizaje entre pares fomentaran el tipo de relaciones a más largo plazo que podrían haberse formado durante las pausas para el café y durante un almuerzo de una reunión en persona. Esto marca, nuevamente, los límites de la interacción en línea.
Tratar temas espinosos en las reuniones en línea
Los socios de CDKN también han aprendido durante el año pasado que algunos temas son más fáciles de explorar en línea que otros.
Andrea Carrión de FLACSO, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Ecuador, comparte: “En nuestros cursos en línea, notamos que las interacciones sobre ciertos temas son más difíciles que en persona, especialmente cuando las cámaras están apagadas y el lenguaje corporal está ausente. Por ejemplo, hemos notado que algunos/as participantes se han sentido incómodos o se han silenciado cuando discutimos diferentes ideologías de género y relaciones de poder asociadas con los roles de género”. La Sra. Carrión también destaca algunas cuestiones a tener en cuenta al cubrir temas potencialmente controvertidos. “Es un desafío monitorear el chat cuando uno está enseñando, ya que puede haber varias conversaciones paralelas en curso, que a veces se han salido de control debido a que allí se han expresado opiniones fuertes. También hemos tenido más cuidado con el contenido que compartimos durante una clase en línea, ya que no todo el mundo tiene un espacio privado en casa. El curso presencial proporciona un entorno académico que no es tan intrusivo como una sesión en línea. Cuando el material podía ser delicado, comunicábamos una nota de advertencia, ya que no queremos dejar a los/as alumnos/as con esas imágenes y debates en sus hogares sin un marco adecuado.”
Reflexiones generales sobre un año de interacciones en línea
“Vemos una clara diferencia entre las reuniones en línea a las que asistimos al comienzo de la pandemia y lo que vemos ahora. Hemos pasado de reuniones bastante caóticas, sin agenda ni organización, que a menudo se excedían del tiempo con una hora o más, a sesiones con buen manejo del tiempo, agendas formales y una participación mucho más activa”, afirma Andrea Carrión.
Como con en todo, ha habido beneficios y puntos débiles en este cambio a las interacciones en línea. En el lado positivo, en general, el equipo de FLACSO ha podido seguir los proyectos más de cerca: en lugar de visitarlos una vez al año en una visita de campo de tres días, están brindando apoyo regular y evaluando los avances gracias a plataformas ampliamente utilizadas y aceptadas como WhatsApp, Zoom, MS Teams y otros.
En el lado negativo, no todo el mundo estaba preparado para trabajar desde casa. No siempre se cuenta con el hardware y el software adecuados para habilitar un trabajo complejo. Las conexiones de Internet en el hogar no siempre han sido lo suficientemente potentes para apoyar a varios trabajadores y niños que reciben educación en el hogar, ni todos tenían escritorios y sillas adecuadas que respaldaran posturas saludables y cómodas, y evitaran lesiones.
“Al principio hubo un boom de eventos, quizás por la constatación de que era posible seguir trabajando a pesar de estar en casa. Ahora hay mucho más discernimiento: nos damos cuenta que ciertas reuniones no son necesarias cuando ciertos temas se pueden resolver por correo electrónico, y que uno puede decir no a las reuniones fuera del horario laboral. Pero no es fácil para todos. Algunos funcionarios del gobierno sienten la obligación de asistir a todas las reuniones, ya que corren el riesgo de perder su trabajo durante este momento de desaceleración económica”, dice la Sra. Carrión. “Nuestros estándares también se han vuelto más altos en términos de preparación, asistencia y participación”. Si bien las reuniones presenciales podían considerarse exitosas si participaban diez personas, ahora los organizadores de reuniones en línea sienten que una asistencia de 20 o 30 personas es más bien un promedio.
Traducción del texto en español de Marcelo Kohn 13 de abril de 2021