Comenzó la COP25. El lunes 2 se dio inicio a las sesiones que se extenderán hasta el 13 de diciembre y reunirán en Madrid a autoridades de 197 partes firmantes del Acuerdo de París, a organizaciones de la sociedad civil, gobiernos locales y empresas del sector privado en la Convención más grande del mundo sobre cambio climático.

La inauguración contó con la participación de António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, y Carolina Schmidt, Ministra de Medio Ambiente en Chile y ahora oficial presidenta de la COP25.

Guterres comenzó su discurso con una síntesis basada en datos científicos sobre la situación del cambio climático y la necesidad de evitar que el calentamiento global supere los 1.5 grados centígrados, tal y como lo afirma el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). “O terminamos con nuestra adicción al carbón o todos nuestros esfuerzos de frenar el cambio climático estarán destinados al fracaso”.

Por su parte, la Ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, afirmó que “el cambio climático es el reto más importante que enfrenta la humanidad”, y se comprometió a trabajar para que los gobiernos aumenten su ambición, tanto en términos de reducción de emisiones como de adaptación, a través del principal instrumento para lograrlo: las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés). Al final de su discurso, Schmidt anunció el compromiso de Chile de alcanzar la neutralidad en sus emisiones de carbono para el 2050 y electrificar por completo el transporte público para el 2040.

Dos consignas cada vez más potentes

“Es hora de actuar” es la consigna que predomina en todo el recinto. Y la exigencia es “aumentar la ambición”. Estas dos frases resuenan en todos los rincones del IFEMA, la enorme feria que alberga la Conferencia, y marcan así el propósito y principal espíritu de la COP25. Los gobiernos deben comprometerse a más y deben actuar con urgencia para cumplir sus compromisos ante el Acuerdo de París.

Pero, a pesar de que los gobiernos son implementadores del Acuerdo, la sociedad civil cada vez tiene un rol más preponderante a la hora de contribuir con los objetivos globales. En la COP, la sociedad civil tiene una gran presencia, que queda reflejada en la nutrida agenda de eventos que ocurren en los diversos espacios designados para ello.

La COP (Conferencia de las Partes) es el espacio en donde se dirimen las discusiones globales sobre cambio climático y las estrategias para hacerle frente a esta crisis que afecta a la vida en el planeta de forma cada vez más alarmante. Esta COP es un punto de inflexión en la historia del Acuerdo: marca el término de un proceso de preparación, desde la firma hasta ahora, en el que los países han diseñado sus metas y elaborado sus compromisos de reducción de emisiones y adaptación al cambio climático. Y también marca el comienzo de un nuevo proceso: la implementación. Los países tendrán que implementar sus metas, y a través de ellas, el Acuerdo. Pero, además, los países deben revisar sus compromisos actuales y presentar nuevos compromisos más ambiciosos.

En este terreno se dirimirán las discusiones durante las próximas dos semanas. En palabras de Schmidt, “La ciudadanía demanda un cambio de rumbo”. Pero para eso es necesaria la colaboración entre gobiernos, empresas y sociedad civil. Y, además, es necesario pasar de las palabras a la acción.

Esta nota fue extraída del portal COP25 de AVINA publicado el 3 de Diciembre https://cop25.avina.net/comienza-la-cop25-con-un-llamado-urgente-a-la-accion-y-a-aumentar-la-ambicion/