¿Será la legislación nacional sobre cambio climático la clave para acuerdos internacionales más ambiciosos?
¿Será la legislación nacional sobre cambio climático la clave para acuerdos internacionales más ambiciosos?
Un reciente informe, publicado por GLOBE International y CDKN, señala la necesidad de más leyes y políticas nacionales para dirigir las medidas relativas al cambio climático, y demuestra la existencia de un fuerte vínculo entre las legislaciones nacionales de los países y su apoyo a un ambicioso acuerdo climático global.
El informe, elaborado por Terry Townshend y Adam Matthews, “Legislación Nacional sobre Cambio Climático: ¿La clave para acuerdos internacionales más ambiciosos?” insta a los lectores a ver más allá de lo que ocurre dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) – donde los países están negociando un nuevo tratado para el clima. Los autores evalúan la forman en la que se arman en casa las bases estructurales de lo ambicionado por la CMNUCC.
Argumentan que los países con debates intensos en torno al cambio climático y una legislación nacional ambiciosa (definidos aquí en términos de objetivos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero) llevan estas experiencias y posiciones al ámbito internacional. Ellos demuestran cómo un grupo de países, entre los cuales los principales ejemplos son Corea del Sur, México y el Reino Unido, han establecido objetivos nacionales sólidos avanzando así hacia una acción colectiva ganadora.
Parece lógico que los gobiernos que demuestran un liderazgo climático nacional trasladen este liderazgo al escenario global. Townshend y Matthews examinan las tres razones principales para que esto ocurra: competitividad, confianza y conocimiento.
La primera es sobre el interés propio: “Si un país adopta medidas para ponerle precio al carbono, estará motivado para alentar a otros a seguir su ejemplo para reducir cualquier efecto de la competencia,” dicen los autores. El efecto de la confianza y el conocimiento es sutil y de largo alcance. A medida que los gobiernos desarrollan y promulgan una legislación climática nacional, crece su conocimiento en torno a los efectos del clima y se incrementan las oportunidades asociadas al desarrollo bajo en emisiones de carbono.
“El proceso de desarrollar y aprobar la legislación nacional es importante para sustentar y formular una posición nacional en las negociaciones internacionales. Al examinar las opciones y desarrollar la legislación más apropiada para los intereses nacionales, los países desarrollan un entendimiento de los costos de los diferentes niveles de sus aspiraciones, los costos de la inacción, y el alcance de las oportunidades disponibles a través de la inversión en bajas emisiones de carbono y la promoción de la resiliencia,” sostienen Townshend y Matthews.
Mientras tanto, a medida que la legislación climática se implementa y cosecha recompensas, los gobiernos pueden comprobar los co-beneficios de la seguridad energética, mayor eficiencia y resiliencia, una mejor calidad de aire y una menor vulnerabilidad a las fluctuaciones de los precios. Esto les proporciona “confianza para presionar por más en las negociaciones internacionales.”
El informe concluye en que la legislación nacional para el cambio climático no es sólo algo que debe apuntalar un acuerdo internacional después de que éste ha sido logrado, sino más bien es un facilitador que genera el espacio político para lograr un acuerdo. La evidencia apoya los argumentos de Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC, cuando argumenta que: “No se va a acordar nada a nivel internacional mientras que no se haya legislado lo suficiente a nivel nacional.”
La legislación nacional podría incluso constituir la base de un “resultado con fuerza legal” en el año 2015 bajo la Plataforma de Durban, sostienen los autores (la Plataforma de Durban es la vía de negociación de la CMNUCC, donde los países están trabajando para acordar un convenio inclusivo para el año 2015). Con esta posibilidad en mente, se desprende que desde ahora hasta el 2015 se deberá apoyar activamente el avance de la legislación nacional en países clave, esto combinado con un fortalecido compromiso de los legisladores.
El informe urge a los gobiernos a:
- Fomentar la creación de grupos parlamentarios multipartidarios para el cambio climático, apoyados por una secretaría especial para ese tema.
- Coordinar de manera rutinaria con los legisladores antes, durante y después de las reuniones anuales de la CMNUCC (como mínimo) para intercambiar enfoques y construir un entendimiento común.
- Apoyar los procesos internacionales para comprometer a los legisladores, para ayudar a proveer información al desarrollo de la legislación para el cambio climático, promover las mejores prácticas y desarrollar grupos de pares.