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Luego de ampliar el plazo para las negociaciones por casi 36 horas, trabajar sesiones maratónicas y superar el riesgo de no llegar a establecer acuerdos, se aprobó en la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) en Durban extender el período de vigencia del Protocolo de Kioto, seguir una “hoja de ruta” global para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la puesta en marcha del Fondo Verde para el Clima.
El documento final es producto de muchas negociaciones con partes encontradas en forma y fondo. Las posiciones de la Unión Europea, Estados Unidos, China e India fueron las que en los momentos finales definieron la naturaleza del acuerdo, sobre el que dijo la presidente de la COP17, la ministra sudafricana Maite Nkoana-Mashabane: "no es perfecto, porque lo perfecto es enemigo de lo bueno".
La “hoja de ruta”
Lo más destacable fue el acuerdo global para reducir los gases de efecto invernadero, que debe ser adoptado el 2015 y entrar en vigor el 2020. Este acuerdo tendrá un carácter jurídicamente vinculante (aunque el marco legal y las obligaciones de los países están por definir aún) y fue la propuesta de la Unión Europea. El Protocolo de Kioto se prolongará hasta el 2017 o 2020.
Rusia, Japón y Canadá decidieron no formar parte de este segundo periodo de compromiso y quedan, junto a EE.UU., fuera del acuerdo.
Fondo Verde para el Clima
Parte de la agenda de negociaciones fue establecer el mecanismo de funcionamiento del Fondo Verde para el Clima. Aunque definir las fuentes de financiamiento fue un asunto pospuesto. Se precisó que el dinero estará en el Banco Mundial y postulan, entre otros países, México, Singapur y Suiza como sedes para el FVC.