el caso de Isla Fuerte, Colombia
el caso de Isla Fuerte, Colombia
Escrito por: Mallerly Ulloque, Comunicadora del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR) de Colombia
Hace 6 años, Leris Zúñiga, líder comunitaria de Isla Fuerte, logró ver hecho realidad un sueño que albergó durante dos décadas y que para muchos de los 2 mil habitantes de la Isla era imposible de alcanzar: contar con el servicio de energía, y mejor aún, energía solar.
Isla Fuerte es un corregimiento de Cartagena de Indias que hace parte del Área Marina Protegida de Nuestra Señora del Rosario y San Bernardo, habitada en su mayoría por comunidades tradicionales.
El Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para Zonas no Interconectadas – IPSE (entidad adscrita al Ministerio de Minas), fue el encargado de lograr en 8 meses la instalación de un Centro de innovación tecnológica con énfasis en combustibles gaseosos y energía solar. Este es un proyecto piloto en la Isla que ya ha permitido el mejoramiento de la calidad de vida de todos sus pobladores y continúa desarrollando acciones positivas gracias al liderazgo de los líderes comunitarios y a la misma forma de organización comunitaria.
Según explica Leris, el sistema de energía solar consiste en dos plantas de diésel y dos plantas hidrosolares, que son las encargadas de brindar energía durante el día a la escuela, al puesto de salud, al centro de acopio, a dos casas bioclimáticas y, en la noche, a toda la Isla. Este proyecto se va a ampliar para que toda la comunidad tenga energía en el día. De esta manera, las épocas en las que sólo unos pocos tenían acceso a la luz a través de una planta eléctrica serán cosa del pasado. La demora de la ampliación es la llegada a Colombia de los equipos especializados.
Leris confiesa que al principio fue muy difícil convencer a la comunidad de que se podía tener energía solar; sin embargo, la rapidez con que se dio el proyecto fue la motivación principal para que los isleños se involucraran en los talleres sobre el uso racional de la energía y se organizaran para hacer sostenible cada uno de los proyectos que tienen alrededor del tema de la energía solar.
Es el caso del centro de acopio, el cual cuenta con 15 refrigeradores en donde los pescadores pueden guardar lo producido en el día y venderlo a un mejor precio a turistas y comerciantes. Dicho centro es administrado por la cooperativa de pescadores que es la encargada del mantenimiento del mismo. Para ello, los pescadores deben pagar $200 pesos por cada kilo.
En el otro escenario está la cooperativa de servicios públicos, la cual es la encargada de administrar los recursos económicos para el pago de los impuestos que por ley deben realizar por los paneles solares y la administración del aseo. “Los isleños deben pagar una mínima cuota para el mantenimiento de la planta solar. Tenemos un valor para el área residencial que puede ser entre 10 mil y 15 mil pesos y otro para el área comercial que puede ser entre 50 mil y 60 mil pesos. Sin embargo, sigue siendo muy baja comparado con el pago de una planta particular que cuesta entre 300 mil y 400 mil pesos mensuales y lo que es mejor aún, se está utilizando un recurso natural”, expresó Leris.
Otro de los proyectos bandera es la casa bioclimática. Actualmente existen dos casas de este tipo construidas con cemento y piedra. Las bases son elaboradas con unos palos de una planta que se llama “Lata”, la cual es muy resistente al sol y a la lluvia. Cada casa cuenta con energía solar. Una funciona como biblioteca comunitaria donde de lunes a viernes los adultos mayores reciben alfabetización y los sábados, los niños cuentan con clases de refuerzo para sus tareas. Esta casa está abierta todos los días y recibe donación de libros que los turistas dejan cuando se van de la Isla. La otra casa está ubicada en el colegio y funciona como comedor comunitario para todos los niños.
Con respecto al clima, ¿qué?
Isla Fuerte no es ajena a los problemas que vienen sufriendo a causa de la erosión costera que ocasiona el deterioro de la infraestructura de las viviendas y la pérdida de las playas, por la extracción de arena y la tala de los manglares. En ese sentido, el trabajo que vienen desarrollando diversos actores, entre ellos el INVEMAR, la Alcaldía de Cartagena, la Cámara de Comercio y CDKN, para la construcción de los lineamientos para el plan de adaptación al cambio climático de Cartagena de Indias y sus islas, ha sido fundamental para ellos. Al respecto, Leris expresa: “INVEMAR ha recogido una información que es importante porque hemos sido los mismos isleños los que hemos dicho lo que realmente necesitamos y así será más fácil que tengan en cuenta nuestras ideas”.
Otro de los problemas es que no existe una regulación de la venta de tierras. Aunque actualmente cada isleño cuenta con un terreno propio, son conscientes de que no tienen un control frente a la llegada de nuevas personas que compran terrenos, en especial para turismo. Por lo tanto, están organizándose como consejo comunitario, con el fin de estructurar las condiciones mínimas que debe cumplir cualquier persona que desee irse a vivir a la Isla.
Finalmente, el otro gran reto para los isleños es contar con un servicio de agua potable. Actualmente cuentan con pozos subterráneos y recolección del agua de la lluvia.
Isla Fuerte resulta ser un atractivo turístico y ejemplo para muchas comunidades en cuanto a organización colectiva pues demuestra que cuando se quiere se puede.