¿Qué ha cambiado desde la cumbre del clima de París?

¿Qué ha cambiado desde la cumbre del clima de París?

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Fecha: 15 de junio, 2016
País, región: América Latina y el Caribe

Algunos meses después de la COP21, Jonathan Grant* mira lo que ha cambiado para los negocios.

Como un test de Rorschach, o test de las manchas de tinta, al preguntar a alguien sobre el Acuerdo de París frecuentemente se suele decir más sobre la persona que sobre el acuerdo climático. La reacción ante el Acuerdo ha oscilado desde la hipérbole al profundo cinismo. Pero siento que las empresas están realmente tomando el asunto más en serio ahora y han pasado de hablar de ello, a tomar medidas más sustanciales. Quienes hicieron promesas en el período previo a la cumbre no quieren ser acusados de aparentar esto sobre el cambio climático, como un CEO sugirió que podrían estar haciéndolo. La COP21 también ha cambiado actitudes de por qué es una empresa que actúa sobre el clima, a por qué no lo es.

Señales y ruido

Si hay una señal clara de París, es que todos los países planean ser mucho más ambiciosos en sus esfuerzos para abordar el asunto. La mayoría de los negocios reconocen que el Acuerdo de París es fundamentalmente una gran declaración política de todos los países que coincidieron en la necesidad de una acción urgente. Esa señal es difícil de ignorar, y este año algunos países han amplificado esa señal – por ejemplo, el 13° plan de 5 años de China mejora sus objetivos de emisiones. Pero después de eso, hay mucho ruido. E incluso pasos hacia atrás también, como la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos para poner el Plan de Energía Limpia en espera.

En el centro del acuerdo está la contradicción fundamental entre el objetivo global enormemente ambicioso para buscar el 1.5°C y las promesas nacionales bastante más débiles (como se ilustra en nuestra gráfica bastante trillada del Índice de Economía Bajo en Carbono que se muestra más adelante). Si se logra, las contribuciones nacionales están más en línea con 3°C de calentamiento. Así, las empresas necesitan demostrar a los inversionistas y a los demás que pueden prosperar independientemente de si hay 1.5-2°C de la política climática o 3-4°C de los impactos climáticos. Esto se aplica tanto a sus operaciones de hoy en día como a las decisiones de inversión a largo plazo que están realizando en la actualidad. De esta forma, París ha convertido un asunto a largo plazo en uno inmediato.

Meses después, aquí hay cinco cosas que el negocio está haciendo de manera diferente:

  1. Análisis de riesgos & generación de informes – El desafío de demostrar que su negocio es resiliente, independientemente de las emisiones o del escenario de políticas posiblemente presenta el desafío más inmediato para las empresas. Muchos inversionistas, reguladores, comunidades locales y ONGs exigen una mejor información de las empresas sobre el impacto de los riesgos climáticos. Algunas empresas ya están abordando esto, frecuentemente en respuesta a la preocupación por sus activos inmovilizados.Esto se ve reforzado por el Grupo de Trabajo sobre las Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) del G20, que está desarrollando lineamientos de generación de informes durante este año. El Grupo de Trabajo, presidido por Michael Bloomberg, recomendará principios para informes más comparables por parte de las empresas acerca de los riesgos físicos y de transición del cambio climático. Su objetivo final es que las instituciones financieras tomen decisiones de inversión más informadas que dan cuenta de estos riesgos. Algunos mercados bursátiles podrán hacer que estas normas de divulgación sean obligatorias para sus empresas que cotizan en bolsa. El Grupo de Trabajo también considerará cómo aumentar la transparencia sobre la exposición de los inversionistas a los riesgos climáticos.
  1. Preparación para la fijación de precios de carbono – las empresas parecían muy unificadas en torno a este enfoque de políticas en el año 2015. Este año, algunos están reforzando su defensa de la implementación de políticas basadas en el mercado y los sistemas conectados a nivel internacional (y asegurándose de que todas las personas en relación a los asuntos de gobierno estén diciendo lo mismo que el CEO).Otras empresas están ahora poniendo los precios sombra del carbono e incentivos en su lugar para que la inversión y las decisiones operativas aborden los riesgos climáticos. Este año, nos hemos acercado a empresas interesadas en explorar este asunto, y, por lo general, están ansiosos en saber lo que otras empresas han aprendido al hacer esto, cuál es el precio 'correcto', y qué cambios organizacionales o de procesos son necesarios  Mientras que muchos se enfocan en el análisis de diferentes precios para utilizar en el análisis de sensibilidad, el mayor desafío es probable que sea cambiar la actitud de los equipos de proyecto y los altos ejecutivos para incorporar el costo del carbono en sus decisiones.
  1. Haciendo que la Junta Directiva participe – hemos alegado en el pasado que el cambio climático es un asunto a nivel de la junta directiva. En nuestra encuesta de satisfacción de CEOs del año pasado, la mitad de los CEOs dijo que el cambio climático está en la agenda de la junta directiva por lo menos una vez al año. Pero indicios recientes parecen demostrar un aumento en el nivel de compromiso de la junta directiva sobre el tema. A menudo, nuestro trabajo es motivado por la preocupación de un miembro de la junta directiva sobre las implicaciones de París y el riesgo climático para sus empresas.
  2. Acción, no palabras – hay poco entusiasmo, por más promesas, comunicados o cartas conjuntas de la comunidad empresarial. En 2016, las empresas están más enfocadas en actuar y cumplir los compromisos que asumieron en el período previo a París. Para empezar, están haciendo que sus compromisos sean más inteligentes (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y limitado en el tiempo), que no es fácil si los objetivos son bastante idealistas. Las empresas también se están ocupando de cuestiones prácticas y de gobernanza al colaborar ya sea en grupos de toda la industria o iniciativas enfocadas en los sectores.
  3. Finanzas limpias – basándose en las acciones y promesas hechas en 2015, algunas instituciones financieras están ahora considerando si el Acuerdo de París presenta nuevas oportunidades de inversión en infraestructura baja en carbono. Otros están mirando sus carteras de energía y revisando sus políticas de inversión –en particular con respecto a la minería del carbón y la generación de energía.

Sugerimos en un blog a principios de este año que la inversión limpia pueda verse obstaculizada por los precios bajos de combustibles fósiles. Mientras que los precios altos obligan a las empresas y consumidores a considerar alternativas, los precios bajos eliminan la presión, reducen ampliamente la inversión en el sector energético y se espera que disminuya la inversión en energías renovables. Pero la inversión limpia está llamada a crecer en el año 2016. De acuerdo con Moody’s, la agencia de calificación, el mercado de bonos verdes alcanzará alrededor de $50 mil millones de emisión con interés creciente en China e India.

*Este artículo fue publicado originalmente en Sustainability and Climate Change Blog de la PwC. 

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