Stefania Lovo, Mintewab Bezabiah y Gregor Singer explican los hallazgos de su último reporte “Políticas agrarias verdes y alivio de la pobreza”  publicado por el Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment del London School of Economics and Political Science.

Dado que los países en desarrollo suelen tener un extenso sector agrícola, las políticas agrarias verdes pueden jugar un rol clave para el cambio hacia economías bajas en carbono. Sin embargo, el reto de “enverdecer” la agricultura en el mundo en desarrollo implica crear políticas que además incorporen objetivos de desarrollo más amplios –una tarea necesaria para ganar apoyo político, pero que puede ser difícil de lograr.

Nuestro estudio analizó 24 proyectos en 17 países, incluyendo Brasil, China, Costa Rica, India, Sudáfrica y Zimbabwe.  Encontramos que proyectos mal diseñados pueden entrar en conflicto con los esfuerzos para reducir la pobreza y, peor aún, algunos proyectos agrícolas “verdes” elevaron incluso los niveles de pobreza.

Definitivamente es un reto diseñar e implementar iniciativas agrarias verdes que corten la pobreza y beneficien el ambiente al mismo tiempo. Entonces, ¿que deben considerar los formuladores de políticas?

Diseñar políticas para los hogares más pobres

Para quienes inician, encontramos que tomar en cuenta factores económicos, sociales y culturales en el diseño e implementación de programas es fundamental para incrementar la participación de hogares pobres. Nuestro reporte explora un rango de factores: disponibilidad de crédito, derechos de propiedad, condiciones del mercado de trabajo, fortaleza de las instituciones locales y normas sociales y culturales.

Ofrecer a los agricultores un menú de políticas

Si se quiere que los esfuerzos de proteger el ambiente y reducir la pobreza tengan éxito,  recomendamos a los formuladores de políticas que ofrezcan a los agricultores de los países en desarrollo un “menú” de opciones de políticas agrícolas verdes. Al tener la posibilidad de elegir aquellas políticas que mejor se amolden a sus circunstancias personales, es más probable que los agricultores pobres adopten políticas agrícolas verdes. Este enfoque tiene el beneficio de ayudar a traspasar barreras locales para la participación, que muchas veces los gobiernos y ONG no pueden enfrentar debido a la falta de capacidades técnicas, institucionales y financieras.

Por ejemplo, el exitoso Proyecto de Carbono de la Comunidad de N´hambita en Mozambique, permite a los participantes escoger opciones de agroforestería incluyendo siembra de árboles, huertos o intercalado de cultivos.  De manera similar, el Proyecto de Manejo Ecosistémico Silvopastoril en Nicaragua tiene un número considerable de personas en situación de pobreza que toma parte del mismo, principalmente porque los participantes pueden escoger  de esquemas de costos variables.

Proveer seguros a los agricultores

Además de ofrecer a los agricultores opciones de políticas, nuestro reporte encuentra que los esquemas de seguros pueden ser grandes motivadores de participación, especialmente para los hogares más pobres. Queda claro en nuestro estudio que la incertidumbre y el riesgo son grandes barreras para prácticas agrícolas mejoradas. Sin embargo, ninguno de los 24 proyectos analizados ofreció un esquema de seguros para los agricultores participantes. Si los agricultores de los hogares más pobres van a tomar parte en las iniciativas de agricultura verde, necesitan estar seguros de que el bienestar de sus hogares no será peor como resultado.

Abordar las condiciones económicas locales

Finalmente, sugerimos que las políticas agrícolas verdes deberían ser complementadas con medidas que tengan presente mayores condiciones económicas y que enfrenten las imperfecciones del mercado local, como la baja disponibilidad de crédito u opciones limitadas de oportunidades no agrícolas.

Con un diseño inteligente e informado de políticas, los impactos adversos de políticas agrícolas verdes para reducir la pobreza pueden ser reducidos considerablemente e incluso puede generarse sinergia entre ambos. De esta forma, nuestro análisis sugiere que las políticas agrícolas verdes pueden reducir la pobreza, siempre y cuando los elementos de diseño e implementación sean abordados apropiadamente.